Inspirations

Juegos de refracciones

Las esculturas gigantes de Janet Echelman fluctúan suspendidas en el cielo, movidas por el aire. Están hechas con sofisticados materiales de alta tecnología, visten colores fluorescentes, juegan con los efectos luminosos y las reverberaciones, surcadas por tramas geométricas de redes marineras o trenzados elaborados como encajes. Su eco resuena en las texturas y los cromatismos de la Creative Collection Chapter XI.
Glamora Diary Inspirations Janet Echelman
Los juegos de luz, vibraciones y refracciones, los efectos de transparencias, la fluidez de los movimientos son rasgos característicos de las creaciones de Janet Echelman.
La artista estadounidense trabaja con el sol, el viento y los colores del espectro luminoso para construir coreografías de ensueño que han inspirado algunos temas de la Creative Collection Chapter XI, con nombres muy evocadores, como Soleil, Echoes, Luce, Hybrid y Lucid Dream.
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Courtesy Studio Echelman. Photo by Joao Ferrand.
En las grandes metrópolis del planeta, de Pekín a Londres, de Santiago a Hong Kong, en Asia como en Europa y en el continente americano, las obras suspendidas en el aire de Echelman animan las plazas, las puertas, los puentes y los paseos marítimos.
Son creaciones gigantescas, pensadas para espacios públicos, lugares transitados a menudo por los habitantes de las ciudades, e invitan a la mirada a buscar formas que están siempre en movimiento.
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Courtesy Studio Echelman.
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Courtesy Studio Echelman. Photo by BennyChan.
Su trabajo escapa a cualquier tipo de clasificación, porque se mueve por diferentes disciplinas, como la escultura, la arquitectura, el diseño urbano, la ingeniería estructural y aeronáutica, la ciencia de los materiales y la informática.
Cazadora de sueños, la artista utiliza materiales insólitos, desde partículas de agua atomizada hasta fibra diseñada con técnicas de ingeniería para ser quince veces más fuerte que el acero y crear decorados site-specific aparentemente efímeros y de gran impacto.
En sus esculturas aéreas combina la antigua tradición artesanal de tejer y anudar las redes, aprendida en un antiguo pueblo de pescadores indio, con el software tecnológicamente más avanzado.
Sus obras constituyen escenografías en continua mutación en el espacio, se transforman con el viento y pasan de ser «un objeto que miras, a una experiencia en la que te puedes perder». Por la noche dibujan en la oscuridad danzas fugaces, como otras tantas apariciones en los colores fluorescentes de la aurora boreal. Porque, como afirma Janet Echelman, «el cielo es el lienzo de mis obras».
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