La intervención de los diseñadores queda patente en su capacidad para integrar a la perfección la arquitectura cicládica con elementos modernos, tanto en los espacios interiores como en los exteriores. “Desde el principio, el objetivo era crear un entorno que reflejara la belleza natural y la rica historia del lugar, utilizando materiales locales y acabados artesanales para proporcionar un auténtico sentido de pertenencia” – explican.

Si las tardes perezosas se transforman en emocionantes puestas de sol desde la cubierta, las habitaciones y suites reinterpretan el espíritu mediterráneo y sus rasgos distintivos en clave contemporánea. Los revestimientos murales de Glamora desempeñan un papel importante en esta afortunada intersección, ayudando a crear ambientes que se funden con el paisaje natural del Egeo.

A veces evocan una ligera brisa marina que mueve delicadas briznas de hierba silvestre, otras veces la quietud escultural de las hojas que se proyectan sobre las paredes o parecen emerger de ellas. Los tonos neutros dan a las habitaciones un carácter distintivo y una sensación de lujo tranquilo, en consonancia con el toque ligero y el servicio discreto y personalizado, donde cada detalle ha sido pensado.